... y, ¿de qué forma apareció esta celebración? ¿Eres madre y te haces ests preguntas?
Todo comenzó en la antigua Grecia, cuando los griegos rendían tributo a Rhea, para ellos una diosa y madre de otros dioses.
Con el paso de los años, los cristianos transformaron esta fiesta en un tributo a la Virgen María.
El tiempo ha ido transcurriendo y la celebración del Día de la Madre ha variado según las costumbres de cada país.
Ser madre no significa solo cambiar pañales. Ese, es solo el comienzo; el momento en el que una madre se da cuenta de que es capaz de hacer cualquier cosa por su hijo.
Ser madre significa cambiar tu vida, tu tiempo y tu forma de pensar por tus hijos.
Significa dar todo tu corazón y entregar tus fuerzas cada día para sacarlos adelante y enseñarles a vivir.
Significa tener una razón para vivir. Querer aprovechar y exprimir cada momento al máximo.
Tener sentimientos encontrados al ver cómo los hijos crecen, sintiendo alegría y nostalgia cuando avanzan en la vida
Si hay un amor que podamos llamar verdadero es el amor incondicional de una madre.
La maternidad no significa sonreír siempre, sino también llorar a veces. Son muchas noches de insomnio, carreras, emergencias y dudas…
Ver mejor que nadie los defectos en sus hijos, sin embargo, aceptarlos y nunca esconderlos.
Saber si sus hijos no están bien con solo mirarlos.
Una madre es generosidad y valentía, tenacidad y superación.
Porque las madres son las personas más fuertes del mundo. Su debilidad es su punto fuerte y este siempre será el amor hacia los que cada día encienden su corazón y sus ganas de vivir… los hijos.
El Día de la Madre es una celebración que se vive con más intensidad cuando se es consciente de lo que representa, lo que ofrece una madre no tiene precio.